El país ya esta cansado de las continuas crisis provocadas por organismos del estado que lo único que consiguen es deslegitimar sus actuaciones, es una vergüenza ver como pisotean la constitución y las leyes vigentes, mediante una serie de vendetas políticas, por dignidad y por mantener el prestigio que aun les queda si es así, deberían deponer posiciones y renunciar a estas actitudes, el pueblo esta cansado de esta situación, no pueden seguir desgastando la paciencia de la mayoría de ecuatorianos que miramos con indignación esta situación.
La ambición política no tiene limites, hemos llegado a tocar fondo, es hora de desterrar todas estas prácticas corruptas, en este país ser político se ha convertido en el mejor negocio, por eso la mayoría ambiciona llegar a un cargo político, de hecho hay muchos casos de personas que viven a costa de la política, crearon sus partidos o movimientos políticos y ahora viven a costa de sus partidarios que ocupan cargos públicos, el poder los ha convertido en depredadores de la riqueza nacional, sino como se explica el que muchos quieran aferrarse a sus puestos políticos a costa de su propia dignidad, donde van ha ganar más, simple y sencillamente se olvidaron de trabajar honestamente y les gusta recibir el dinero a manos llenas sin hacer nada o mediante pactos bajo la mesa que les llena los bolsillos de dinero sucio.
La nueva constitución debería normar y reglamentar los ingresos de los funcionarios públicos a todo nivel, incluidas aquellas instituciones que amparadas en su autonomía despilfarran los recursos del estado a diestra y siniestra sin ningún tipo de control, ya basta de tantos abusos, el pueblo esta cansado de la corrupción, la clase política corrupta debe ser desterrada de una vez por todas y forjar una nueva nación limpia con valores morales e intelectuales, para ser funcionario público se debe seguir una carrera política y administrativa para estar debidamente preparado para ejercerla con espíritu de servicio.
Sería el país ideal que todos queremos, pero lamentablemente mientras no cambiemos de actitud nunca lograremos una verdadera transformación, sin embrago no hay que perder la esperanza, lo único que nos queda a los ecuatorianos de corazón que respetamos y adoramos a nuestra patria, es continuar poniendo nuestro granito de arena para el desarrollo de la nación mediante nuestro trabajo honesto.
Paul Villavicencio
Mi web profesional